La hipocondria es un
trastorno en el que la persona interpreta síntomas somáticos
como enfermedad. Esta interpretación la hace en el contexto de un
intento desesperado de que esos síntomas desaparezcan porque suponen
para el paciente un dolor inmenso y una amenaza de enfermedad o muerte. Aunque el médico le asegure que no
tiene nada, el hipocondríaco solamente se queda tranquilo un rato,
pero su preocupación vuelve de nuevo.
Por
qué se dispara ese mecanismo es difícil de determinar. Se sabe
que este trastorno afecta a menudo a ambientes familiares, es decir, que
muchos miembros de una familia tienden a estar afectados. Esto nos puede
indicar que hay familias que son especialmente sensibles y están muy
inclinadas hacia la interpretación de los signos de enfermedad en
todos los ámbitos de la vida. Durante las reuniones familiares no
se habla más que de enfermedades, se comenta constantemente si se
está bien o mal, se vive con muchísima angustia cualquier signo
de enfermedad en alguno de los hijos, etc. etc. De esta forma los miembros
de la familia aprenden a interpretar de esa forma cualquier signo corporal
y lo asocian con angustia, miedo o ansiedad.
El hipocondríaco se siente muy incomprendido, nadie
es capaz de detectar su enfermedad. El hipocondríaco sufre mucho, se cree enfermo y
tiene sensaciones que el siente que se lo indican y lo único que
recibe son palabras que le dicen que no tiene nada y que "todo es
psicológico". Los procesos psicológicos
tienen una realidad total en el cuerpo y el dolor, la angustia y las enfermedades
psicosomáticas
son completamente reales, aunque los procesos que las desencadenan sean
psicológicos y no correspondan a una enfermedad física.(José Antonio García Higuera).
El tratamiento básico
consiste en perder el miedo a estar enfermo, cuando se está sintiendo la
sensación que se teme. A veces es el propio pensamiento de
estar enfermo que genera un miedo y una angustia muy grandes, es quien genera
la sensación que se teme y se interpreta como enfermedad. En la terapia se trata
de que el pensamiento de estar enfermo no dispare un miedo terrible.
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