La característica esencial de este trastorno es un patrón de
desconfianza y suspicacia general hacia los otros, de forma que las
intenciones de estos son interpretadas como maliciosas. Este patrón
empieza al principio de la edad adulta y aparece en diversos contextos.
Las personas paranoides tienen escasas relaciones sociales, en parte por
su desconfianza hacia las personas, pero también se debe a que suelen
provocar rechazo en los demás, debido a su comportamiento hostil.
El trastorno paranoide de la personalidad puede estar
acompañado de un trastorno depresivo mayor, de agorafobia o trastorno
obsesivo- compulsivo. También es común, que en estos casos haya abuso de
alcohol y otras sustancias.
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