LOS ADOLESCENTES


Esta semana, en Psicología Solidaria, vamos a hablar de la adolescencia y de los adolescentes. Una etapa difícil, que suele traer conflictos tanto personales como familiares. Los tiempos han cambiado, y mucho.

Hoy en día, los padres pasan largas horas fuera de su casa a causa de sus obligaciones laborales, mientras que sus hijos son más bien criados por la televisión e Internet, medios que le muestran un mundo del que la mayoría de sus padres no tienen mucha noción.
Por ello, no es extraño que entre estos jóvenes y sus padres exista en ocasiones un abismo, especialmente en lo que se refiere a la comunicación.

El adolescente de las grandes ciudades, psicológicamente se encuentra en una situación marginal que no le permite adaptarse, porque es demasiado grande para desempeñar el rol de niño y aún demasiado joven como para ser considerado adulto.
Los adolescentes son seres complicados que luchan por hacerse mayores, capeando el temporal entre:
  • Sentimientos de inseguridad.
  • Oposición.
  • Frustración Continua.
  • Miedos.
  • Deseos de agradar.
  • Apariencia física. Ansias por gustar a los demás.
  • Drogas.
  • Probar cosas nuevas.
  • Trastornos de apetito.
  • Miedo a hacer el ridículo, etc.

CÓMO ENTENDER AL ADOLESCENTE


Al hablar con un adolescente, más de una vez habremos tenido la sensación de hablar idiomas diferentes. Lo más importante para entender a un adelescente, es entender que es un niño atrapado en el cuerpo de un adulto, intentando descubrir qué es lo que le está sucediendo.
  • Escucha a tu hijo. Aunque parezcan que sus problemas no son importantes, para ellos, son todo un mundo. No le ignores, ni le hagas sentir inferior a tí. Póngase, siempre, en el lugar de su hijo. Para esto, la inteligencia emocional, (artículo publicado en Psicología Solidaria), es muy útil.
  • No se plantee si lo ha educado bien o no: Lo que le ocurre a su hijo es una crisis necesaria para su evolución, es una transición imprescindible para su persona, para encontrarse a sí mismo como adulto.
  • Los padres han de mantenerse firmes en sus decisiones, no ser erráticos, cambiantes ni indecisos en sus posturas. El adolescente les lanza un reto, un pulso y han de estar alertas e inamovibles en su puesto.
  • Ser un ejemplo consecuente con lo que se predica y pide a nuestros hijos.
  • Ser tolerantes y flexibles con las normas menos importantes. Las reglas pueden negociarse, los límites son innegociables e inamovibles.
  • Mostrar interés por sus cosas e intentar dialogar en los momentos de calma, no de discusión cuando se cierran completamente a cualquier razonamiento lógico.
  • Estimularles en sus puntos positivos.
  • Estar al tanto de sus actividades, amistades y salidas con otros chicos o chicas para poder anticiparse a posibles problemas como las drogas o el alcohol.
  • Darles poco a poco más autonomía en la vida cotidiana cuando vayan cumpliendo con sus obligaciones, compromisos y reglas en la familia y los estudios.
En definitiva, lo mejor para entederles, es recordar que, un día, todos fuímos adolescentes.

2 comentarios:

  1. He tomado nota atenta,me parecen apuntes muy útiles para quienes somos padres.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Nos alegramos de que pueda serviros.

    Un saludo.

    ResponderEliminar